domingo, 11 de enero de 2015

Spaghettis para Silvia XXVI.

XXVI



-Silvia, ¿qué te parece si te disfrazas de Bambi y yo de cazador?

-Que no, no pienso disfrazarme para carnaval.

-Venga, así la fiesta sería más divertida.

-Que no, y menos de Bambi.

-Joder, que negativa que eres.



Se acercaba carnaval y me apetecía disfrazarme de algo. La última vez me puse un mono completo de tigre y me fui bajo la lluvia cantando No woman no cry, todo un espectáculo muy digno de mí.
Intentaba convencer a Silvia para qué también se disfrazase.
Estábamos en un Primark cuando vi los disfraces completos y vi uno de Bambi, me haría gracia ver a Silvia disfrazada. Ella de Bambi y yo de cazador.
Aprovechábamos para comprar algo, algo que fuese medianamente digno, cosa difícil.


-Silvia, mira esta sudadera de una en ropa interior sexy, seguro que la quieres.

-¿A la tía o a la sudadera?

-Ambas.

-A saber qué imagen tienes de mí.

-Pelirroja de bote bisexual

-Eh, mi pelo mola.

-Sí, tienes algunas mechas verdes y es divertido.

-¿Cómo que verdes?

-Claro, mira.

-A mí no me jodas, que mi pelo es precioso.

-Sí, como tú.

-Que bien lo sabes.

-Y que poco ego tienes tú. Ahora en serio, ¿te disfrazas de Bambi y yo de cazador?

-Que no, joder.

-Venga, te propongo otros disfraces.

-A ver, dime.

-Tú de Elvis y yo de Marilyn.

-Sí, mi sueño es casarme en Las Vegas, la novia de Elvis y yo de Marilyn.

-Tú, tú estás muy mal eh.

-Me adoras.

-Salem, deja de recordármelo.

-Te jodes.

-Eres cruel conmigo.

-¿Tú has escuchado eso de que se daña a quien se quiere?

-Sí.

-Pues Silvia, yo te quiero muchísimo.

-Que más quisiera.

-Si supieras...

-¿Qué?

-Nada.

-No, ahora lo dices, que estaba empanada, joder.

-Mala suerte.

-La que tengo yo contigo.