martes, 6 de mayo de 2014

Spaghettis para Silvia XIV.

XIV.



Ya estaban casi todos en el pub, loa gente iba llegando e iban ocupando mesas, de hecho, mi profesor junto a otros profesores eran los primeros en lelgar.
Ariadna y Sam toqueteaban el equipo de sonido mientras esperaban a los de la banda. Por otro lado estaban Marlen y Pato de camareras, tenía miedo que alguna de las dos se pusiese borde y que algún cliente acabase bañado en cerveza.
Esvetlana estaría en la barra y Silvia le acompañaba, ella se encargaría de la caja, no le vendría mal un poco de responsabilidad.
Lee estaba hoy de cocinero improvisado. Yo mientras tanto, estaba en todas partes, cualquiera diría que el pub era mío, pero sólo era el encargado, la dueña era una chica que tenía un pub irlandés por capricho.


-¿No ha pensado en que vendrá más gente de la esperada?- mi profesor me había hecho detenerme en seco para hablar- gente de la facultad.

-¿No es suficiente que vengan varios de mis profesores?

-Tenemos que saber que clase de profesionales formamos.

-Un momento, ¿va usted bebido?

-A los profesores también nos gustan la cerveza y la buena música, por muchas canas que tengamos.


Genial, ahora la mitad de mis profesores estaban bebiendo e inspeccionando, si podían, mi organización con el evento, ¿en que colegio, instituto o universidad te enseñan estas cosas?
Temas aparte de profesores bebidos, no paraba de llegar gente y casi no habían mesas, tenía que solucionarlo cuanto antes, así que fui a por ayuda.



-¡Lee, necesito tu ayuda!

-¡Joder!- quizás se sobresaltó porque entré en la cocina sin avisar- ¿nunca te han dicho que no molestes a un japonés con cuchillos?

-Joder Lee, eso es un tópico.

-Eh, eres tú el que ha puesto al asiático a cocinar- eso sí era un tópico, pero que bien se le daba cocinar al muy cabrón.

-Tonterías aparte, me tienes que ayudar a robar mesas de la terraza del McDonald's de enfrente.

-¿Y eso no es una tontería?

-Venga, que necesitamos mesas y sillas.


Nos fuimos los dos a cargar lo máximo posible y con prisa, para que no nos viesen, pero se notaba que faltaban mesas y sillas, lo mío si que era trabajar bajo presión.
Nos apropiamos de la mitad de las mesas y las pusimos en la terraza del pub, parecían ser suficiente nuestro saqueo de inmobiliario.


-Salem, han llegado los de la banda- me decía Samuel mientras me mostraba a cuatro chica adolescentes con aires de heavy.

-A ver Sam, dime que no has ido al primer instituto que tenías cerca y has dejado un cartel de se busca banda.

-Para nada, fui a un colegio de monjas.

-Sí señor, así se calman las cosas, eres un genio. Venga a ver que hacen tus chicas en el escenario.

-Por una paga y un palo de escoba te bailan hasta en barra.

-Que sórdido, joder.


Ellas se fueron con al escenario y Sam con Ariadna para dirigir el sonido. A los demás se pusieron a descansar y ver el concierto, me quedaría yo sirviendo mesas, ya que todo se quedaba a oscuras y sería difícil caminar entre la gente.


-Salem, tengo hambre, hazme la maldita cena- cuando me paraba a descansar un poco, Silvia se ponía a pedirme que cocinase.

-Tienes a Lee hoy de cocinero.

-¿Sabe preparar sushi?

-¿Qué tenéis hoy con los tópicos?

-¿A qué yo soy mejor que esas cuatro chicas?- a ella le gustaba cambiar de tema a cada rato.

-No sé yo, son muy buenas con su Rock primitivo y tienen algo de morbo.

-Por favor, yo soy el maldito Hard Rock con curvas que tanto te encanta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario