sábado, 6 de junio de 2015

Spaghettis para Silvia XXXII

XXXII



-¿Por qué brindamos?

-Por nosotros, por haber aprobado y por ti, porque tengas un buen viaje mañana y encuentres lo que estás buscando en Canadá.

-Gracias Marlen...

-¡Salud señores!

-¡Joder!, ¿qué es esto?

-Aguardiente...


Aquí estábamos, Marlen, mi profesor y yo, en la clase que habíamos compartido todo el año, por última vez...
Es raro entrar a un sitio al que vas día a dia, y pensar que dejará de formar parte de tu rutina.
El profesor quiso hacerme una despedida, por eso nos quedamos los tres solamente después de todos los exámenes, quiso darnos su botella especial de aguardiente, reservada para buenos momentos.



-Y bien señor Salem, ¿listo para mañana?

-¡No!- acompañé mi respuesta con otro trago que me arrugó toda la cara- joder, que bueno está.

-¿Y por qué te vas, jodido cabezón?

-Joder Marlen, eso es amor- y otro trago para mí...- porqué soy valiente o idiota.

-Lo segundo.

-Doy fe.

-Joder, que es usted quien me ha dado la beca.

-¿Y quién le asegura que no es para librarme de usted?

-Touché.

-Al fnal, ¿qué ciudad a elegido?

-Ottawa, tengo cuentas pendientes con esa ciudad.

-¿Y cree usted que le irá bien?

-Él es un tonto con suerte, siempre le va bien.

-Bonitas palabras Marlen. Más que tonto, soy gilipollas, pero sigo teniendo suerte, y mucha.

-Bueno, supongo que es un valiente.

-Sabe, siempre digo que tengo menos miedo de fracasar allí que aquí, de alguna forma huyo de lo que me espera aquí.

-Puede que tenga razón, pero pocos tienen el valor de dejarlo todo ta rápido para empezar de cero y tan lejos, es un alumno que se duerme en clase, pero joder, es magnífico, le admiro.

-Gracias, es lo más bonito que me ha dicho nunca un profesor.

-Y será la última.


Era curioso, adoraba esa clase, algo que nunca había hecho. Por una vez en mi vida disfruté de ir a clases, y no, no es broma. También es verdad que no acabé bebiendo al finalizar el curso con un profesor.


-¡Salem!

-¿¡Qué, joder!?- Marlen me había dejado sordo gritándome al oído.

-Cierra los ojos.

-Y una mierda, que no eres fiable.

-Venga, hazlo por mí.

-Vale...- al cerrar los ojos me cogió las dos manos para sujetar algo.

-Ahora puedes abrirlos....

-¿Y esta foto?

-Nos la hicimos el día del concierto de navidad, quizás no te acuerdes porqué ibas demasiado bebido.

-Hasta yo iba bebido- el profesor levantaba su chupito y se lo bebía a nuestra salud.

-Es usted el mejor profesor que hemos tenido nunca- yo le acompañaba con otro chupito.

-Salimos todos, hasta nuestro profesor borracho. No sabía si darte una foto en la que saliera Silvia, pero decidí que sí saliese, ya que ha sido muy importante para ti y lo sabes.

-No sé qué decir, solamente tengo claro que ha sido un año muy bizarro, pero tengo claro que ha sido el mejor, gracias...

-Muy bonito chicos, pero he de cerrar la clase, vamos.


Salí por última vez de aquella clase con un sabor muy raro, quizás de aguardiente y nostalgia, cosas mías.
Al salir de la clase me esperaban Lee; Esvet; Rebeca; Pato, todos los que habían compartido tanto éste año, bueno, todos menos Samue, que no había vuelto a aparecer desde que se marchó de mi casa.
Todos esperaban aplaudiendo, haciendo un pasillo, en el pasillo....
Pato fue la primera en abrazarme, luego ya vinieron los demás.


-Joder, así nadie se va.

-¡Pues quédate!- Pato aún tenía esperanzas.

-Buena broma esa.

-¿Listo para la última noche, Salem?

-Siempre estoy listo para la noche de San Juan. ¿Sabes algo de Sam?

-Ni idea, sigue sin respondernos....

-Después de tantos año y que no aparezca mi último día.

-Por cierto, vienen dos personas más.

-Más sorpresas no, por favor.

-Es para que lo vayas asimilando.

-Bueno.

-Silvia y su novio...

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