XXV
-Silvia, es Salem, ¿le digo que suba?
-Claro. -le decía a Svet medio dormida.
Salem, Salem... ¡Oh joder, había quedado con él para ir a la playa! cosa que no me parece muy normal en pleno invierno, pero por él...
-Buenos días niña, ya es hora de que despiertas -
Dice él con una sonrisa de oreja a oreja.
No hay Dios que entienta al chico este... Invierno, pantalón corto, ganas de ir a la playa... O de escabullirse para no cocinarme los spaghettis.
-Buenos días- digo malhumorada, como cada mañana.
-¿Preparada para bañarte?
-Sí vamos, me tiembla el cuerpo de la ilusión que me hace.
Hoy habíamos cambiado los papeles, el niño con ilusiones era él y la seria, yo, que en parte tenía su gracia.
Cogemos el bus y nada más vernos, Rebeca grita desde los últimos asientos:
-¡Parejita!- nos acabábamos de encontrar a Rebeca en el bus y se había ilusionado de verme con Salem los dos juntos.
-Rebeca...- Salem la intentaba calmar, ocasionalmente era tímida, cosa muy rara
-¿Dónde vais?
-Mira que eres cabezona, más que Silvia- el muy cabrón aprovechaba para soltarme pullas.
-¿Vais solos? ¿Viaje romántico en bus? Vale, ya me callo.
-Buena chica, en otro momento te doy otra galleta.
Cuando llegamos a la playa, sin Rebeca, lo primero que hacemos es colocar nuestras cosas y sin nadie a nuestro alrededor Salem se dispone a cogerme en brazos para tirarme al agua y, por más que me resista, lo consigue pero el cae seguido seguidamente. Fail.
-¡Joder! Qué fría está el agua, como te odio.
-Yo también te adoro Silvi.
-Sabes que en lo más profundo de tu ser me adoras más que a nadie. Aunque sea un poquitín.
-No te cansarás de repetirlo...
Las olas nos tiraban cada dos por tres y ya estábamos tiritando así que decidimos salir, vestirnos y sentarnos en la arena. Cojo una toalla y me la envuelvo por encima de los hombros cual manta, hasta por encima de la cabeza, me quedo callada mirando al mar y me apoyo en Salem.
-Silvia, eres la niña más rara que he conocido.
Capítulo escrito por @sylviarubio_
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