jueves, 10 de abril de 2014

Spaghettis para Silvia VIII.

VIII.

 

Una semana nueva, quizás, la más larga que haya podido pasar.
Hubiese dado cualquier cosa por acabarla, o mejor aún, eliminarla completamente.
Sólo era miércoles, los anteriores días los había superado difícilmente. Había estado completamente a solas y deseaba seguir así, pero no todo sale como uno quiere.
Alguien había tocado el timbre de arriba, la verdad es que no tenía muchas ganas de abrirle, pero tenía cierta obligación hacia mí mismo.


-¿Por qué estás desaparecido estos días?- me preguntaba Silvia sin llegar a entrar en el piso.

-¿Quién te ha abierto abajo?

-Tengo mis contactos, ahora me respondes.

-Sería mejor que te fueses, quiero estar solo.

-Sabes que no me voy a ir, también sabes que no me vas a cerrar la puerta.

-Pasa anda.


Supongo que no me vendría mal su compañía, a ver si conseguía animarme esta semana que tanto odiaba pero, me tocaba sufrirla al completo.


-¿Se puede saber por qué desapareces?- seguía insistiendo la niña.

-Temas personales.

-Hay la suficiente confianza después de venir varias semanas a comer contigo.

-Será a que te cocine, de todas maneras tengo cierta privacidad.

-A ver, tú siempre estás de buen humor, no sé cómo lo haces, dime que pasa.

-La persona que más ha aguantado en mi vida, se ha ido sin más, nadie estuvo tanto en mi vida y ahora, se marchó demasiado lejos.

-No sabía que tuvieses novia.

-¿Qué novia? Hablo de alguien que era casi como una hermana para mí, se fue lejos sin avisarme, sin darme tiempo para despedirme, no me había dado cuenta de que me faltaba y justo antes de las fiestas que solía pasar con ella.

-¿Y si paso las fiestas contigo?

-¿Cómo?- me sentí bastante perdido con lo que dijo la niña.

-Desde noche buena, hasta el año nuevo.

-¿Contigo? Tienes trece años, con suerte te dejan hasta media noche.

-Habla con mi madre.

-¿Y que le digo? "Hola, soy Salem, el...em...un amigo de la tía de Silvia.

-Trabaja más tu presentación, che.

-Claro, es tan fácil.

-Dile que eres mi primer amor, no, ¡el único amor de Silvia!

-Calla niña.

-Seguro que me dejarían.

-¿Vivir una semana contigo?

-Conmigo mejor que cualquier otra persona, así que hazme un bonito regalo de navidad, que me lo merezco.

-¿En qué me he metido?

Ah! También hazme la comida.                          

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