jueves, 24 de abril de 2014

Spaghettis para Silvia XI.

XI

 

A dos días de noche buena, la gente estaba de vacaciones ya, todos pasaban la mayoría del tiempo en mi piso.
Merlen y Pato vinieron a visitarme, de paso preguntarían por Silvia, como no.
Ariadna curioseaba los aparatos de sonido que usaría, y  Samuel...bueno, él intentaba adiestrar al pavo, no sé si por aburrimiento o porqué es tonto, quizás ambas cosas, pero le ponía ganas, juraría que el animal también.
Yo mientras tanto, empecé a rellenar el pavo que cenaríamos, el resto no tardaría en venir a incordiar y decirme que hacer.


-Salem, ¿por qué hay cuatro pavos y uno de ellos esta vivo?- me decía Marlen algo perdida- lo que es peor, ¿por qué Samuel trata de adiestrarlo?

-Algún día Samu llamará al pavo y este le hará caso, los otros son para la cena de noche buena.

-Son muchos, si vamos a ser los que estamos aquí más Esvetlana y Silvia, por cierto, ya estás empezando a contarme- nada más decir eso entraba Pato en la cocina para que yo soltase prenda.

-A ver, que quede claro, no habrá nada, hay muchas razones para no hacerlo, cada uno está a lo suyo.

-Salem, no te lo crees ni tú- me daba miedo cuando Pato hablaba, solía tener razón- entre vosotros dos tiene que pasar algo.

-Espero que no tengas razón. Ahora vamos a rellenar el pavo, llena la jeringuilla con vino blanco.

-¿Qué coño?

Empecé a pichar al pavo con vino, lo estaba dopando literalmente, porqué se hinchaba cada vez que le inyectaba la dosis, luego seguí metiendo nueces y pasas en su interior.   


-Aparte de doparlo con vino, le metes la mano hasta el fondo- Pato iba  con la intención de que sonase mal fijo.

-Patricia por favor- que quejaba Marlen.

-¡No me gusta que me llaméis Patricia!. Cosas aparte, dinos algo bonito Salem, piensa en algo y dinos lo que te motiva.

-¿Por qué?

-Tú hazme caso chico.

-Vale, a ver que te parece esto, "Desde que te conocí, vi que tenías mucha energía, supe si nos rozábamos saltarían chispas".

-¡Que bonito!- Marlen se había emocionado y todo- ¿pensabas en Silvia?

-La verdad, pensaba en la caja de fusibles que hay en la puerta de la entrada.

-¡Idiota!- adoraba cuando las dos me gritaban lo mismo al unísono.

Empezamos a divertirnos más cuando puse "One way or Another" de Blondie, cantaban con efusividad, incluso exagerando y bailando, me encantaban.
Los momentos que más me gustaban era cuando preparaba la comida con música a todo volumen, y con estas bailando a lo loco, me gustaba mucho más, pero sentía que faltaba alguien.


¡Samuel!!- le gritaba para que viniese a la concina.

-¿Le puedo meter la mano ya por el culo al pavo?- era lo primero que decía al entrar.

-Que fineza por favor- Pato y su ironía eran lo mejor- eh, un momento, ¿el pavo te ha seguido hasta la concina?

-¿Qué?- Marlen no creía nada de lo del pavo, pero ahí estaba.

-¿Qué os había dicho?                      

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